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martes, 22 de septiembre de 2009

EL ROMANTICISMO Y EL REALISMO

EL ROMANTICISMO

Introducción

El Romanticismo fue un gran movimiento espiritual que intentó la expresión y el desarrollo totales del hombre desde su individualidad sincera, que llega a España de modo tardío y superficial y que se caracteriza por:
- La afirmación de la libertad y de la individualidad por encima de los demás valores.
- la sociedad burguesa en la que le ha tocado vivir. Éste se manifiesta, entre otras formas:
a) Ambientando su producción ya en lugares ya en tiempos exóticos. De aquí, por ejemplo la admiración que sentían hacia la Edad Media.
b) Tomando como héroes o protagonistas de sus obras a personajes al margen de la ley, en su sentido más amplio (pienso, por ejemplo, en el mendigo y en el pirata.)
c) Militando en el liberalismo político.

LA POESÍA

Varios son los temas de la lírica romántica:
El yo, la propia intimidad. Fue Espronceda, dejando en su Canto a Teresa una desgarradora confesión de amor y desengaño, quien con más acierto ha logrado poetizar sus sentimientos.
El amor pasional, con entregas súbitas, totales, y rápidos abandonos.
La religión, aunque frecuentemente sea a través de la rebeldía con la consiguiente compasión y aun exaltación del diablo.
Las reivindicaciones sociales (revalorización de los tipos marginales).
La naturaleza, que es mostrada en todas sus modalidades y variaciones.
La sátira, frecuentemente ligada a sucesos políticos o literarios.
También es de señalar que el nuevo espíritu afectó a la versificación. Frente a la monótona repetición neoclásica de letrillas y canciones, se proclamó el derecho de utilizar todas las variaciones métricas existentes, de aclimatar las de otras lenguas y de innovar cuando fuera preciso. El romanticismo se adelanta aquí, como en otros aspectos, a las audacias modernistas de fin de siglo.
El poeta romántico español por excelencia es José de Espronceda, si bien el más conocido es Gustavo Adolfo Bécquer.


EL TEATRO


El Romanticismo triunfa en el teatro español con La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa; El Trovador, de García Gutiérrez; Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch; pero el año clave es 1835, cuando se estrena Don Álvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas (1791-1865). Lo más cultivado es el drama. Todas las obras contienen elementos líricos, dramáticos y novelescos. Impera en el teatro la libertad en todos los aspectos:
-La regla de las tres unidades desaparece.
-Se mezclan la prosa y el verso, y éste es polimétrico.
-El número de personajes aumenta en las obras. El héroe masculino suele ser misterioso y valiente. La heroína es dulce y fiel. Pero ambos están marcados por un destino fatal. La muerte es la liberación.
-Se da más importancia al dinamismo de las acciones que al análisis de la psicología de los personajes.
-El monólogo cobra nuevamente fuerza, por ser el mejor medio para expresar las luchas internas de los personajes.
-Es frecuente situar las escenas en la noche, en paisajes abruptos, en cementerios. La naturaleza se muestra acorde con los sentimientos y estados de ánimo de los personajes.
-Son abundantes las acotaciones escénicas.


EL PERIODISMO


A lo largo del convulso siglo XIX el papel del periódico es decisivo. La revista barcelonesa El Europeo (1823-1824) publica artículos sobre el romanticismo y, a través de ella, se conocen en España los nombres de Byron, Schiller y Walter Scott. Pero la prensa también fue un arma para la lucha política. En este sentido, hemos de destacar la prensa político-satírica del Trienio Liberal (El Zurriago, La Manopla), donde no sólo aparecen temas sociales, sino también esbozos costumbristas que son claros precedentes de la producción de Larra.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, se producen importantes cambios en el periodismo. Los emigrados tras la reacción absolutista de 1823 regresan y junto con la nueva generación –la de José de Espronceda y Larra- van a marcar el estilo de la época, pues han aprendido en los años de exilio de las muchísimo más avanzadas prensas inglesas y francesas. En 1836, el francés Girardin va a iniciar en su periódico La Presse una costumbre llamada a tener un éxito fulminante y duradero: la de publicar novelas por entregas. La prensa española, siempre con la vista puesta en la del país vecino, va a copiar la iniciativa en seguida; sin embargo, su época de mayor auge en nuestro país será entre 1845 y 1855.



EL REALISMO

La novela.



En España, el mejor fruto literario de la segunda mitad del siglo XIX es la novela, consecuencia, a su vez, del florecimiento internacional del género en esa época.
La novela realista de este periodo se caracteriza por:

a) Visión objetiva de la realidad a través de la observación directa de costumbres o de caracteres psicológicos.
b) Defensa de una tesis: los narradores escriben sus obras enfocando la realidad desde su concepción moral. La defensa de una tesis suele comprometer la objetividad de la novela.
c) Temas cercanos al lector: conflictos matrimoniales, infidelidad, defensa de los ideales, etc.
d) El lenguaje coloquial y popular adquiere gran importancia ya que sitúa a los personajes en su ambiente real.


El máximo novelista español del siglo es, sin duda, Benito Pérez Galdós, pero quizá la mejor novela española de la época sea La Regenta, de Clarín. Aunque no tan innovador, pero no por ello menos destacable, es Juan Valera.



ACTIVIDAD

Una vez hayas leído la información anterior que complementa la analizada en clase, entra al siguiente enlace, y trabaja el crucigrama sobre el tema, que allí encontrarás:

http://uk1.hotpotatoes.net/ex/46480/GOZUPPPG.php



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